’15 Horas’: La historia de un príncipe azul que se convierte en demonio

Ella es una joven violinista hastiada de los continuos episodios de violencia psicológica a los que la somete su marido, un prestigioso director de orquesta, quien, además, es encantador ante los ojos de quienes lo conocen.

Es una pareja que da la impresión de tenerlo todo: prestigio profesional, estabilidad económica, una familia feliz ante la gente que la rodea. Pero cuando se cierran las puertas de la casa, ella vive un infierno.

Un día decide dar el heroico paso y pedir ayuda. El camino se vuelve tortuoso, y deberá enfrentarse a una gran cantidad de obstáculos familiares, sociales y burocráticos.

Esta es la historia que refleja la película ‘15 Horas’, de la directora catalana Judith Colell, presentada recientemente en el vigésimo cuarto Festival de Cine Español de Málaga. Un drama sobre la violencia intrafamiliar en el contexto de las élites económicas y culturales, ambientado en República Dominicana.

Herramienta de denuncia

Por suerte el cine se ha convertido en una herramienta para crear consciencia sobre los temas sociales. Esta película motiva e invita a las mujeres que viven situaciones similares a denunciar. Colell insiste en que tenemos que seguir hablando de este tema “hasta que no haya ni una mujer muerta”. Y todos deberíamos implicarnos.

En la vida real

Lo lamentable es, que el guion de la producción fílmica es inspirado en una historia real y una escena común en muchos hogares, más frecuente de lo que se puede imaginar, y huir de ese infierno de malos tratos cuesta mucho.

No se trata solo de violencia física, conozco testimonios de mujeres a quienes sus parejas no le interesan sus sentimientos, tratan de minimizarlas, las ridiculizan en los encuentros con amistades haciendo comentarios hirientes a manera de broma, las culpan si algo a él le sale mal, utilizan chantaje emocional para conseguir lo que quiere…

Todos hemos caído en el error de juzgar este tipo de relaciones y aunque nuestra intención es buena no ayudamos cuando hacemos comentarios fuera de lugar. No es fácil ponernos en la posición del otro desde su perspectiva, Si la persona ha confiado en nosotros y nos está contando lo que está viviendo, debemos valorarlo. Recordemos que nadie elige una relación para sufrir.

Si, se puede

La buena noticia es que estos testimonios hoy son parte de un pasado que ha sido sanado. Con apoyo de expertos en la conducta humana, decisiones asertivas y amor, el presente tiene otro color.

Si alguna amiga tiene una experiencia similar, recordemos que, aunque veamos de una forma relativamente fácil salir de esa situación debemos respetar sus tiempos sin forzarla ni obligarla a hacer nada que no quiera.

Pero tampoco es válido hacer como Juliette Binoche, en ‘Código desconocido’, en aquella escena en la que está planchando y escucha ruidos y golpes de los vecinos de arriba. Deja de planchar y como si quisiera hacer algo. ¿Me meto?, se pregunta, pero continúa planchando y sube el sonido de la televisión para no escuchar la realidad de los golpes…