Miguel también merece aprender

Ante la confirmación de que el próximo año escolar se desarrollará de forma virtual a consecuencia de la pandemia, Eva está preocupada. No tanto por sus hijas mayores de 10 y 12 años, le inquieta su hijo Miguel que solo tiene 6, y está diagnosticado con autismo.

Uno de los mayores retos que ha enfrentado la familia ha sido su educación, porque lamentablemente, en República Dominicana son escasos los espacios inclusivos dirigidos a quienes no pueden presumir de un holgado presupuesto. Eva ha asumido con amor, paciencia y compromiso la tarea de acompañar a su hijo, y pudo salir adelante para concluir con éxito el pasado año escolar desde casa. Esta nueva jornada no tendrá la misma suerte porque ya se ha reintegrado a sus labores de oficina.

Educación para todos

En una época en la que la tecnología ha cambiado dramáticamente la forma de educar, sin duda también existen recursos útiles que pueden ayudar a las personas con autismo a potenciar su aprendizaje, el tema radica en que no todos los hogares tienen equipos y facilidades para satisfacer las necesidades de sus hijos con esta condición. Miguel precisa además, un adulto que guie su agenda porque su desarrollo cognitivo es muy diferente al de sus hermanas.

La mayoría de los niños autistas requieren de una combinación de tratamientos adicionales para poder progresar adecuadamente: terapia educacional, del lenguaje, prácticas de desarrollo de habilidades motoras y de socialización. Apoyo que Miguel recibía en el pequeño centro de estudios donde asistía y que ahora sus padres no pueden costear de forma individual, lo que podría significar un estancamiento de su avance.

Un llamado

Con una educación estructurada y el involucramiento de sus padres, el niño ha logrado mejorar sus déficits comunicativos y de habilidades sociales. Satisfactoriamente ahora juega, habla y comparte. Pero qué pasará en lo adelante con Miguel y la gran comunidad de niños autistas en situación similar que no pueden asistir a clases presenciales por el riesgo que implica para su salud, y para quienes no es tan fácil adaptarse a un programa completamente virtual. Sabemos que el presidente Luis Abinader junto a su equipo está realizando todos los ajustes necesarios para que los estudiantes dominicanos puedan cumplir con la jornada pautada. Pero, por favor, desde aquí hacemos un llamado para que se incluya entre las acciones algún punto en favor de los niños con autismo. Ellos también merecen aprender.