¿Qué esperan los empleados del uniforme?

Has observado que Mark Zuckerberg, Barack Obama y Steve Jobs han adoptado un ‘uniforme de trabajo’. No me refiero a usar el mismo traje en el estricto sentido de la palabra, pero si un estilo definido que los identifica.

La estrategia de elegir un estilo de vestuario acorde a la labor que desempeñamos, permite optimizar la rutina y elimina el momento estresante de la vida cotidiana ocasionado por la decisión de qué ponerse cada día . (Aplica para hombres y mujeres).

La ropa revela nuestra personalidad. Así lo aseguran varios estudios de psicología, que han concluido que las prendas reflejan un tipo de comunicación no verbal que dice mucho de nosotros. Por eso algunas corporaciones escogen códigos de vestuario para definir la imagen que quieren proyectar a sus clientes, proveedores y socios comerciales.

Sin duda, es en este momento en el que el uniforme corporativo se convierte en una estrategia de marketing. El uniforme crea identidad dentro y fuera y pauta un sentido de pertenencia en quienes lo usan. Para los empleados el uniforme puede representar un beneficio al permitir practicidad al vestirse  y hasta un ahorro de tiempo y de dinero.

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El uniforme puede tener un significado de seguridad, como en el caso de la industria manufacturera. Fomenta la unidad y el trabajo en equipo, porque muchos estudios aseguran que cuando nos vestimos de la misma forma que los demás compañeros, genera el sentimiento de igualdad y unidad, lo que fomenta la colaboración, buenas relaciones y trabajo en equipo. Permite, además, a los clientes identificar rápidamente quiénes son las personas a quien dirigirse para una atención.

El uniforme debe comunicar la esencia de la marca corporativa. No es necesario que lleve los colores del logo, a través del diseño, del corte de las prendas, del estilo, etc., puede transmitir al público sus valores, su personalidad y demás atributos corporativos.

El usar uniformes le permite a la empresa estar en mejor control de la imagen de sus colaboradores.  Cuando no hay uniforme, las personas usan sus propias prendas y queda muchas veces a la interpretación y posibilidades de cada uno lo que usan para trabajar.

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Pero el uso de uniforme no aplica a todas las empresas ni tampoco a todos los colaboradores.  La empresa tendrá que evaluar sus actividades antes de considerar el uniforme, ya que  implica una inversión importante.

Lo que no se puede olvidar al momento de asignar un uniforme, es que debe ser confeccionado con textura de calidad y con un diseño acorde a las labores a desarrollar por el empleado para que se sienta a gusto, cómodo y claramente identificado con su vestimenta.

Lógicamente, el solo uso del uniforme no traerá los beneficios arriba mencionados, pero es parte importante si es considerado en una estrategia de marketing interno.