Un retrato de Diana que atesora una historia

El tiempo, lejos de extinguir la figura de la princesa Diana, se ha convertido en el mejor aliado para recordarla, revisar muchos aspectos de su vida y convertirla en un icono del siglo XXI.

Más de dos décadas después, su vida sigue siendo noticia, en esta ocasión por la exposición de un boceto pintado al óleo de uno de los retratos menos conocidos de la princesa.

La pintura fue realizada por el artista Nelson Shanks en 1994, solo tres años antes de la trágica muerte de Diana, y se exhibe en la galería de Philip Mould & Company de Londres solo hasta el 6 de julio.

En 1994 la princesa Diana de Gales fue retratada por el artista estadounidense, el pasado mes de enero la imagen se exhibió por primera vez tras venderse en una subasta por más de $200,000 dólares.

La pintura tiene una gran importancia, pues se realizó cuando Lady Di atravesaba uno de sus momentos más tormentosos debido a que dos años antes se había separado del príncipe Charles y estaba en su proceso de divorcio, además, tres años después murió.

https://www.instagram.com/tv/CfW2yJeK0FV/?utm_source=ig_web_copy_link

En la obra se puede ver a la princesa mirando hacia abajo, lo que la firma Philip Mould & Company ha llamado como una “introspección silenciosa”.

“La expresión de Diana es sorprendentemente honesta y quizás se consideró demasiado directa para el retrato final, que muestra a Diana en una pose de perfil menos reveladora. Sin embargo, el trabajo final es una imagen definitoria dentro del canon de retratos de ella».


Philip Mould & Company

En la elección original del vestuario, Shanks prefirió un vestido halter de terciopelo verde de Catherine Walker con el que también fue fotografiada para la edición de junio de 1997 de la revista ‘Vanity Fair’.

En el retrato final, que fue de cuerpo completo, se cambió por una blusa blanca tradicional y una falda azul.

La misma princesa Diana confesó que el estudio del artista Nelson Shanks, quien pintó la obra, se convirtió en un refugio lleno de amor.

El retrato tomó más de 30 sesiones, realizadas en el estudio de Shanks que se encontraba muy cerca del Palacio de Kensington en Londres, las visitas de la princesa se convirtieron en un alivio para ella durante el momento tormentoso que atravesaba.

Cuando Nelson Shanks y su esposa Leona regresaron a Estados Unidos tras completar la pintura, Diana les escribió una carta en la que mencionó:

“Te extraño a ti y a Leona en Londres, ya que ir al estudio fue un refugio seguro, lleno de apoyo y amor».

Diana

Shanks, quien falleció en 2015, era conocido por sus retratos. Pintó a icónicos personajes como Ronald Reagan, Margaret Thatcher, Luciano Pavarotti, Bill Clinton y al papa Juan Pablo II.