Mujeres y política: Una combinación exitosa
A Carolina Mejía no la conozco, solo he compartido con ella en escenarios laborales. Y aunque han sido muchos, y desde hace varios años, no puedo decir que soy su amiga. Pienso que su personalidad atrae. Es autentica, carismática, sencilla y tiene un excelente discurso. Así que yo estoy en la lista de las dominicanas que aplaudieron su decisión de participar en la contienda electoral por el puesto de alcaldesa. Lo celebro como lo hago con cualquier mujer que se motive a romper los esquemas y salir tras sus sueños, y aunque en este país las damas tienen pocas oportunidades en la política, las que han logrado posicionarse han demostrado que poseen liderazgo y preparación.
Ella es economista y política; madre, hija y esposa, una representante de la mayoría. En la disputa representó el Partido Revolucionario Moderno (PRM), y dignamente, también a la mujer de Quisqueya. Ella se ganó el apoyo de mucha gente. Hizo una campaña limpia y enfocada.
Cuando la vi llegar a la sede del Ayuntamiento del Distrito Nacional, no pude contener la tentación de compartir y comentar sus fotos. Regia, segura de sí misma, impecable. Como toda mujer no descuidó ningún detalle.
Varios elementos se conjugaron en esa mañana del 24 de abril para hacer el día inolvidable, además del simbolismo histórico que representa la fecha. Primero, ella es la primera mujer alcaldesa de Santo Domingo, y fue juramentada en plena pandemia del coronavirus, una de esas escenas que solo habíamos visto en las películas, por lo cual la ceremonia no fue tradicional. Las medidas de distanciamiento físico y protección de salud recomendadas para evitar la propagación del virus, fueron un reto para el equipo de organización. Tampoco tuvo celebración posterior.
Segundo, la elección de su atuendo. Carolina llegó elegantemente vestida con un enterizo diseñado por la dominicana Oriett Domenech, a juego con su mascarilla, y un maquillaje sencillo y natural. Su elección fue tan acertada que alborotó las redes sociales. Miles de usuarios aplaudieron su apoyo al talento local en un momento tan crítico para la moda.
Tercero, me pareció curiosos que eligiera pantalones, y me encantó. Sin duda una mujer moderna y práctica, que sin duda no va a negociar su feminidad.
Cuarto, su magistral manejo del lenguaje no verbal. En su discurso, Carolina calificó como un privilegio que los dominicanos la eligieran. “También es una responsabilidad para con nuestro género teniendo la dicha de poder seguir el ejemplo de tantas mujeres que a lo largo de la historia han dejado una huella indeleble en el forjado del destino de nuestra nación”, sus gestos fueron delicados y en coherencia con sus palabras.
El quinto punto, que particularmente entiendo que es uno de los más importantes, es que Carolina tiene 51 años, por cierto se ve formidable, esta hermosa y dispuesta a trabajar para marcar su huella personal. Ella, sin proponérselo, es ahora el reflejo de muchas mujeres que ven en sus logros una oportunidad para demostrar que hay mucho por aportar, por hacer, por enseñar y aprender en una mujer, aun después de los 50. Buen mensaje para aquellos que en pleno Siglo XXI piensan que las mujeres tenemos fecha de vencimiento.