Las nuevas prioridades de mi vida
Hacía mucho tiempo que no visitaba a Nadia. Somos buenas amigas, aunque no nos vemos muy a menudo, con la pandemia mucho menos. Así que decidí darle la sorpresa. Tras un comentario espontáneo llegó un tema que cuestionaba cómo, de alguna manera, las prioridades de nuestra vida se han visto renovadas a raíz de la pandemia.
¡Es cierto!, reflexioné un instante. Ambas vivimos fases de vida parecidas, aunque de forma diferente, y las prioridades han estado cambiando con el tiempo y las situaciones. Son tan distintas como cada una de nosotras, y van de la mano con creencias, personalidad y sueños.
Durante la crisis fuerte de la pandemia la única prioridad era cuidarnos. “Y volver a la vida normal aun estando casadas”, comentaba Nadia a tono de broma, haciendo alusión a las tantas debilidades en la comunicación de pareja que develó el estar confinados.
Si hace dos años alguien me hubiese preguntado el orden de importancia de las acciones de mi vida, sin pensarlo mucho respondía: salud, familia, trabajo. Hoy, siguen siendo las mismas, pero ha variado el contexto en el que las asumo.
Vivir el presente
A veces va tan rápida la vida, que se nos olvida vivirla. El bienestar mental es tan importante como el físico, lástima que tuvo que llegar una época difícil para restregarnos en la cara el valor de la estabilidad emocional. Ahora sabemos que más que cuidarnos para disfrutar de buena salud, también debemos de vivir el presente y aprovechar el tiempo.
Aprendimos a soltar un poco la tentación de controlar el futuro. No es sencillo, sobre todo para quienes, como en mi caso, planifican cada paso de su día. El estado de incertidumbre por no saber qué va a pasar la próxima semana me lleva a la lección de centrar las energías en el ahora.
Cuidar de las relaciones personales
Cuando hablamos de familia, implícitamente incluyo mi pareja, mis hijos, amigos y compañeros de trabajo. Ahora queda claro el valor de cuidar las relaciones con las personas que más nos importan. En mi vocabulario incluí más ¡te quiero! ¡Perdóname!, practico a diario gestos de agradecimiento, y hasta el arte de dejar pasar algunas acciones sin cuestionamientos.
Desarrollo profesional
Siempre me ha gustado aprender cosas nuevas importantes para seguir creciendo profesionalmente. Pero es tiempo de apagar el piloto automático, ya no quiero acumular más información en mi cabeza, aspiro a utilizar esos conocimientos para ayudar a otras personas.
La gran prioridad
Nadia y yo coincidimos en una gran prioridad: Ser felices. Sin la aceptación propia y el amor a nosotros mismos todo lo demás carecerá de sentido.