De Santander al Quindío: una ruta por los encantos de Colombia

Invitada por ProColombia estuve de visita por Santander, en la zona norte central de Colombia, en la cordillera de los Andes. 

El objetivo del viaje era conocer, en una primera fase, los lugares más emblemáticos de Santander en toda su esencia, para luego trasladarnos hasta el Quindío, en el Eje Cafetero. 

Lo que nunca imaginamos era que, además de quedar sorprendidos con la exuberante belleza de los paisajes de estos destinos, tendríamos un equipo de anfitriones con un enfoque a la excelencia y al cuidado de los detalles, que, sencillamente, superó todas las expectativas, y que logró que este Press Trip se convirtiera en una experiencia digna de ser contada.  

Primera parada 

Santander es el lugar perfecto para organizar convenciones y viajes de motivación corporativa, congresos, practicar ciclismo o sencillamente disfrutar de espacios relajantes en sofisticados ambientes con todas las comodidades requeridas. 

Es un destino diverso e impredecible, en el que la naturaleza, la modernidad y el lujo se complementan a la perfección. 

Su capital, Bucaramanga, es una ciudad desbordante de tradición, que ofrece al visitante lujosos complejos hoteleros y sus paisajes parecen competir entre sí para determinar cuál es más encantador. 

Salpicado de magia blanca

Visitamos el pueblo de Girón, al sur de Bucaramanga. El municipio pertenece a la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia. 46 manzanas llenas de historias y leyendas.  

Basta con una mirada a sus calles empedradas para descubrir la similitud arquitectónica de los muros blancos de sus casas con puertas y ventanas de madera o detenerse en el parque a disfrutar un helado de fruta fresca, para tener la sensación de haber viajado en el tiempo. 

Otras maravillas

La agenda invitaba a una impresionante puesta de Sol desde el Cerro del Santísimo. Honestamente, una de las más hermosas vivencias. 

Ubicado en Floridablanca, se trata de un parque donde se levanta imponente una estatua de Cristo de casi 40 metros de altura. 

Una variada oferta gastronómica, un show de luces y agua y un teleférico que se desliza por encima de las copas de los árboles en un recorrido aproximado de 1.4 kilómetros, complementan la experiencia. 

Pero, al parecer, donde la naturaleza eligió entregar todo el protagonismo de la zona, fue al majestuoso Cañón del Chicamocha. Un espectáculo visual que no hay forma alguna de ser justos al describirlo. 

El cañón no es introvertido, muestra sin timidez su espectacular paisaje dejando impresionado al espectador. 

Por el Cañón pasa el Río Chicamocha y estar ahí es lo más parecido a sentir que estás flotando entre las nubes. Una sensación de bienestar que deja claro que no es casualidad que la palabra ‘Chicamocha’, en la lengua Guane, se traduce como‘hilo de plata en noche de luna llena en la cordillera’. 

En la agenda, el equipo de ProColombia pensó en cada detalle, y no podía faltar una degustación con los productos artesanales de Café Mesa de los Santos, de Hacienda El Roble, y un paseo en barco por la Represa Hidrosogamoso o Topocoro, un tiempo de relajación para renovar las energías. 

Segunda parada

Colombia es conocido por la calidad del café que producen sus tierras, pero en la actualidad sus cultivos también están enfocados en cacao, y con excelentes resultados.  

Así que el viaje de prensa también incluyó la visita a algunas tradicionales haciendas para disfrutar la experiencia del Paisaje Cultural Cafetero, declarado en 2011Patrimonio de la Humanidad. 

Nunca imaginamos que, entre tantas plantaciones de cacao, café y montañas, encontraríamos alojamientos de lujo con el más exquisito diseño. 

Caldas, Risaralda y Quindío, conforman el Eje Cafetero, y es difícil elegir el escenario más hermoso, cada destino permite conectar con la naturaleza de una forma distinta.  

Conocimos a Salento, un pueblo de quimera con coloridas calles llenas de artesanía; el Valle de Cocora, una parada obligada para guardar una foto como recuerdo y admirar el bosque de las Palmas de Cera del Quindío, el árbol nacional del país. Por cierto, una de las últimas arboledas que quedan en el planeta. 

Ahí tuvimos el privilegio de ver el vuelo de un Cóndor, ave nacional de Colombia, símbolo de libertad en su escudo. 

La aventura siguió en Filandia, un paraje colonial con espacios abiertos que invitan a la contemplación y al disfrute del verde intenso de su entorno. 

Parque del Café 

“Ojalá que llueva café”, del artista dominicano Juan Luis Guerra, es una de las canciones que da la bienvenida a los visitantes al Parque del Café, de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. 

Parte de los atractivos del parque son cuatro salas interactivas que explican la historia del café, producto insignia de los colombianos y rinden homenaje a las más de quinientas mil familias cafeteras. 

En el interesante recorrido, hologramas, música, literatura, videos, fotografías y juegos, conectan con el origen de la cultura cafetera, la comercialización e industrialización y la manera en la que se realiza su exportación. 

Responsabilidad

Me encantó que cada rincón turístico de Colombia motiva a la conciencia ambiental. La economía circular es una prueba de que el país avanza a pasos firmes en ese sentido. 

Las cadenas de reutilización de productos o su aprovechamiento sostenible es parte de la política ciudadana natural y los turistas también son invitados a tomar acción. 

La Ceiba Barrigona, por ejemplo, un árbol único en el mundo que crece en el cañón del Chicamocha, está en peligro de extinción, y entidades como ProColombia invitan a los visitantes a adoptar una planta para luego ser sembrada. 

Se le asigna un nombre y un cuidador hasta esperar que esté lista para ser trasplantada en el cañón. A cambio, te llevas a casa una pieza hecha a mano que representa el árbol, y que también es una fuente de ingreso para las familias de artesanos. 

Allí dejé mi aporte, Kira, y espero volver a verla. 

¡Gracias ProColombia por la hermosa experiencia!