Acompáñame a conocer el Palacio Nacional

Retrocedamos en el tiempo. Específicamente al año 1944, fecha en que el  dictador Rafael L. Trujillo Molina, solicitó al arquitecto italiano Guido D’ Alessandro la construcción del Palacio Nacional. Tres años más tarde estaba concluido.

Imaginemos aquellas largas conversaciones para definir la diversidad de materiales a utilizar. Mármol dominicano, caoba centenaria, bronce, hierro, yeso y acero, todos trabajados con maestría, impregnando a cada espacio un sello distintivo de exquisitez y elegancia. Hoy un impresionante inmueble de 18,000 metros cuadrados de edificación, de casi perfecta geometría y uniformidad estética, de estilo ecléctico y neoclásico que se conjugan de manera armoniosa.

En la entrada principal una doble escalinata de mármol es escoltada por dos imponentes leones esculpidos en bronce – que no estaban en los planos desde el principio, fueron colocados dos años después de la inauguración – Desde allí se visualizan los balcones al estilo gótico.

El lobby principal esta trabajado en doble altura, techo en yeso elaborado a mano con un estilo Neoclásico Francés y lámparas Jorge III. Una escalera vestida con una impecable alfombra roja continúa hacia el tercer nivel, formando una mezzanine que culmina en una cúpula. En el vestíbulo, un mural realizado por el pintor catalán Aurelio Oller Croisiet, en 1957. Representa la llegada de Cristóbal Colón a la isla en su tercer viaje. Al centro del vestíbulo está la cúpula de 18 metros de diámetro y 34 metros de altura.

La impresionante pintura que se puede admirar desde el lobby está realizada en un lienzo de pan de oro de 24 kilates y colores sepia. En sus entremos, dos réplicas de los jarrones que obsequio al Gobierno el presidente francés René Gustave Coty, en 1947 cuando se inauguró el Palacio. De los originales, uno se sabe fue sustraído durante la guerra del 65; el otro no se conoce el paradero.

Cada uno estaba valorado, en la época, por  300 mil dólares.

La edificación consta de tres niveles. El primero alberga las instalaciones de servicios generales, biblioteca y oficinas de la Guardia Presidencial, entre otras dependencias. En el segundo se encuentran las oficinas del Presidente y el Ministro Administrativo de la Presidencia, en el pasillo opuesto, el despacho de la Vicepresidente y otros funcionarios, además de algunas estancias administrativas.


Salón del Consejo de Gobierno. Fotos Víctor Ramírez

La primera parada fue en el salón del Consejo de Gobierno, ubicado en el segundo piso. Aquí el Primer Mandatario se reúne periódicamente con su gabinete.

En el especio predomina la madera. Al centro, una mesa imperial de Caoba centenaria, y en sus laterales las sillas de color marrón que son ocupadas por los ministros en orden de precedencia según el año de fundado el misterio. Aquí tiene prioridad Hacienda, fundado el 14 de noviembre del año 1844, nueve meses después de la Independencia Nacional.

Al fondo del salón las imágenes de los Padres de Patria. En el techo, vigas entrecruzadas forman cuadrantes y de ahí cuelgan las lámparas elaboradas en bronce y cristal opaco.

Salas de celebraciones

Salón de Banquetes

El tercer nivel alberga los salones de recepciones: Banquetes o Comedor, Embajadores, Las Cariátides, Salón Verde y las áreas privadas del Presidente.

“En esta gestión hacemos una apuesta por elementos sencillos y reciclables para la decoración. Una línea sencilla y elegante, lejos de opulencia. Por eso en los almuerzos elegimos bases de cristal con follaje verde, flores tropicales, porque además impregnan un toque de calidez a cada encuentro”, refiere Aurora Sagredo, directora de Eventos, mientras entramos al Salón de Banquetes.

De uso exclusivo del Presidente, aquí se realizan importantes almuerzos. El mandatario toma asiento en el cetro de la mesa, al estilo francés, y su invitado al frente.  El techo está formado con figuras geométricas: octágonos, rectángulos y triángulos dan la sensación de un panel de abejas. Lámparas estilo Arts & Crafts al igual que los apliques que rodean el salón.

Salón de Embajadores

Vestidos de color blanco, para simbolizar la paz entre ambas naciones, es en el Salón de Embajadores donde el Presidente recibe las cartas credenciales de los representantes de otros países ate la Republica Dominicana.

Esta ceremonia, que generalmente se realiza en horas de la mañana, inicia con el el Himno Nacional seguido del himno de la nación presente. Concluida la presentación se despide al Embajador con el himno de su país y luego el Himno Nacional.

El espacio tiene un estilo del salón Luis XVI. Techo Barroco Francés con apliques en yeso que simulan madera, un magistral trabajo realizado por aristas cubanos y españoles.

Vitrales estilo Victorino, algunos reparados a consecuencia de los danos de la guerra de abril 1965. “Varios fusiles llegaron hasta el Palacio, dejando en evidencia una debilidad a través de los vitrales. Por eso se construyó una mini cúpula  como medida de precaución”, comenta Ivanova Vargas, encargada de Protocolo.

El área también se utiliza para para recibir y despedir delegaciones, ceremonias de condecoraciones, uso exclusivo del presidente para dirigirse al país y salutaciones de principio de año.

Detrás de este salón se encuentran las áreas privadas del Presidente: habitaciones, salas, comedores y una barbería, siempre a puerta cerrada para resguardar la intimidad del espacio.

Las Cariátides

Con una capacidad que supera las 300 personas, el salón Las Cariátides es uno de los más conocidos. Ha sido escenario de importantes fiestas, de hecho su propósito inicial era ser un salón era de baile, por lo que en el centro el piso es de roble americano y todo su alrededor en caoba centenaria, lo que facilita el deslizamiento.

Aquí celebró el presidente Abinader su toma de posesión, también se entrega el Premio Nacional de Periodismo y se filmaron escenas de la película El Padrino II.

Sobre el salón, estilo Luis XIV, está la mini cúpula, por lo que la luz solo traspasa a través de los vitrales. Lámparas estilo Chandelier  en bronce y cristal de roca y unos hermosos balcones en todo el alrededor, propios del estilo colonial norteamericano vernáculo, son parte de los detalles.

Entre columnas 26 espejos en marcos de caoba centenaria pintados en pan de oro de 24 kilates. Más abajo las Cariátides esculpidas en mármol de carrara. “Al principio eran 44 figuras de yeso, pero el tiempo las deterioró y en  el gobierno de Joaquín Balaguer fueron sustituidas por 24 de mármol”, apunta Vargas.

Más espacios

No pudimos acceder al Salón Verde, inspirado en el Palacio Real de Milán y único diseñado al gusto del arquitecto D’ Alessandro,

Otros salones menos ostentosos son: Orlando Martínez, Salón Las Caobas, Hermanas Mirabal y Los Trinitarios.

Capilla San Rafael

Diez años después de la construcción del Palacio Nacional, se inauguró, la Capilla San Rafael, obra de arquitecto dominicano Humberto Ruiz Castillo. Se desconoce si su nombre se debe al  Santo Rafael o a Rafael L. Trujillo.

Ocho columnas con capitales al estilo corintios, arcos torales, ventanales en vitrales, un órgano clásico y una pila bautismal en mármol, son fascinantes a la vista. Aquí se celebran eucaristías cada domingo abiertas al público.