Las cinco tías de Gabriela Valentina
Sin proponérselo Lilian salió embarazada, con 44 años cumplidos, y a sabiendas de los riesgos propios de la gestación, sus amigas celebramos la decisión de traer al mundo a su tercer bebé. Con el paso de los días y conforme fue creciendo su barriga, empezamos a asombrarnos con el milagro de la vida, y paulatinamente nos fuimos involucrando con ella en esta nueva aventura.
La vida, para todas las que ya habíamos olvidado los detalles del embarazo, empezó a salpicarse de una dimensión de milagro, ternura y maravilla que muchas veces se nos escapa en el trajín cotidiano. Ya rumbo al sexto mes de gestación, estamos inmersas en la organización de la fiesta de bienvenida.
Hace algunos días, precisamente el 21 de marzo, Día del Síndrome de Down, Lilian, a quien pedí permiso para contar esta historia, recibió la noticia de que su hija llegará al mundo con esta condición.
No pretendo mentir, la noticia ha sido difícil de asimilar para toda la familia y para quienes estamos cerca. Pero ella, con un alto sentido de la esperanza y la fe, ha dado gracias a Dios por permitirle recibir el diagnóstico prenatal, porque tiene tiempo suficiente de procesar la situación, informarse, conectarse con otros padres que tienen hijos con Síndrome de Down y orientar a sus hermanos antes del nacimiento. Así estarán ‘listos’ para recibir a Gabriela Valentina, todos tranquilos, conscientes, con alegría y repletos de amor para ella.
En el consultorio, cuando el especialista terminó su explicación, Lilian y su esposo se pusieron a llorar. Buscaban insistentemente un culpable, sintieron miedo y pensamientos egoístas, generados por el desconocimiento, cruzaron por sus cabezas.
Hasta este momento nunca habían hecho consciencia de que hay un mundo aparte donde existe la discapacidad. Y resulta que es un mundo gigantesco y complejo. Un mundo donde se han hecho muchas cosas, pero aún queda más por hacer.
De inmediato empezó la incertidumbre y duró un buen tiempo, y sí, estallaba en llanto en cualquier momento, hasta que decidió concentrarse en lo deseosa que estaba de tener la bebé en sus brazos y decirle que siempre la amaría. Lilian nos dijo que había pedido tanto a Dios las fuerzas para abandonar sus funciones en la oficina de abogados familiar, que esta era la mejor respuesta.
Falta poco para que llegue Gabriela Valentina, ya empezamos a ocuparnos de su formación. Por suerte, las últimas tres décadas han visto un marcado avance en las técnicas de aprendizaje empleadas para ayudar a los niños con esta condición. Estamos diseñando una agenda de actividades para ayudarla a desarrollar sus aptitudes a través del juego, incluyendo fisioterapia y logopedia. El progreso seguramente será lento. Pero aquí estamos sin prisa para acoplarnos a su ritmo y confiadas en que las satisfacciones superarán con creces los sacrificios.
Gabriela Valentina aun no lo sabe, pero aquí la esperan ansiosas cinco entusiasmadas tías, que serán su staff personal compuesto por doctoras, especialistas en derechos humanos, expertas en investigación de trámites y burocracia, estudiosas de todo lo que hay de nuevo sobre el Síndrome de Dowm, community manager de su cuenta de Instagram, abogadas, inventoras de cosquillas, acurrucadoras profesionales… Y así, la lista podría seguir extendiéndose según las necesidades de nuestra esperada niña.
Si estimas a alguien que espera un bebé con esta condición, te regalo una excusa para abrazarla y decirle lo mucho que la quieres.