Protege tu jardín secreto de las redes sociales
Las mujeres, no importa su edad, clase social o su preparación profesional, se enfrentan continuamente a situaciones difíciles. Y resueltos o no, esos temas van a parar a nuestro jardín secreto. Todas tenemos uno. Ese espacio al que solo damos entrada a nuestros mentores o amigos cercanos con quienes nos sentimos seguras y confiamos en su lealtad. Y es que, si revelas tus intimidades a la persona equivocada, podrías arrepentirte…
A Laura le pasó. Lo extraño es que no conversó con ninguna persona en particular sobre su situación sentimental, ella se atrevió a publicarlo en las redes sociales.
Una acción que le ha dejado una importante lección y a todos los que la conocemos también. Ahora su “privacidad” está comprometida con el alcance de las redes sociales y lo penosos es que ha sido ella misma quien ha revelado las cosas que luego exige que no sean comentadas. Ha cometido el error de hacer de dominio público una parte de su jardín que debía estar destinada a no trascender de su círculo íntimo.
La tentación está en que en la actualidad la mayoría de nosotros puede acceder a sus cuentas de Facebook, Twitter o Instagram a cualquier momento del día, a través del teléfono celular, esto facilita la publicación continua de los estados de ánimo, lo que se está haciendo, comiendo, pensando… y da permiso a terceros a entremeterse en nuestra vida.
Así que cultivar la inteligencia emocional se convierte en una tarea de primer orden.
Todos los excesos son malos. Abusar de las redes sociales y utilizarlas sin ningún tipo de control puede acarrear consecuencias. Laura olvidó que, al escribir constantemente de los problemas con su esposo, al ofrecer tantos detalles que eran ajenos para su comunidad de amigos, y al permitir que otros opinaran sobre su relación, también perdía poder sobre la privacidad de su vida. Ahora más calmada y pensando mejor las cosas, se lamenta de lo que lleva meses haciendo y no ha podido recoger lo que ha regado. Cerrar sus cuentas sociales no ha sido suficiente.
Hacer un uso moderado de las distintas plataformas sociales es la única alternativa para guardar algo para nosotros. Ya sea de alegría o de tristeza, no es necesario compartirlo todo. Las redes sociales representan el punto de encuentro perfecto para conocer nuevas personas, compartir fotografías, vídeos, música o contenido. Pero no deberían ser usadas para revelar intimidades. Laura ahora es vulnerable, ha puesto en peligro la salud mental de sus hijos.
Laura entendió que no todos merecen que les regalemos lo que somos y que debemos reconocer que, al final, mucho de lo que compartimos, la verdad, a pocos les importa y es una pérdida de tiempo…