¡Yo si quiero vacunarme!

Cuando era pequeña recuerdo que cada cierto tiempo mi mamá me llevaba junto a mis hermanas al Centro Sanitario de Santo Domingo, en la Calle Manuel de Jesús Galván. Muchas veces teníamos que hacer una larga fila hasta llegar al dispensario donde una enfermera nos vacunaba. No era grata la visita, pero éramos premiadas con un helado.

Con mis hijos hice lo mismo. En la fecha indicada por el pediatra los llevaba religiosamente a vacunar. Sin cuestionamientos ni pretextos, sabía que era la decisión correcta para protegerlos. A Kira, mi mascota Yorkshire, también la hemos vacunado cada vez que su veterinaria lo indicaba.

Con cada uno de ellos lo he hecho por la misma razón que lo hizo mi madre: el deseo de protección de su salud.

Enfocarse en las ventajas

El principal objetivo de la vacunación, de cualquiera que se trate, es prevenir y disminuir la gravedad y mortalidad.

Ahora que ya tenemos en República Dominicana el antídoto contra el Covid-19, es bueno recordar que la vacunación es doblemente importante porque protege directamente a cada persona vacunada, pero además resguarda de forma indirecta al resto de la población.

Es momento de que todos colaboremos con el proceso de vacunación, esta es una herramienta importante para ayudar a frenar la pandemia, y no es solo responsabilidad del Gobierno.

Usar mascarillas y respetar el distanciamiento físico son prácticas que ayudan a reducir la probabilidad de exposición al virus, pero estas medidas no son suficientes. Cuantas más personas se vayan inmunizando, menor probabilidad habrá de que otras se expongan al virus.

¡Vamos a confiar!

Es natural tener miedo. Se trata de nuestra vida y de las personas que amamos. Preocuparse por consecuencias indeseadas es hasta cierto punto lógico en este proceso. Sabemos que estas vacunas se desarrollaron en un tiempo más rápido que lo habitual, y siguen estando en prueba. Pero hay muchos motivos para vacunarse.

Por ahora, la vacunación contra el Covid-19 es la forma más segura conocida para ayudar a generar la protección que necesitamos.

Vamos a confiar en Dios que esta sea la luz al final del túnel, confiar en la capacidad de los expertos que han desarrollado la vacuna, en el avance de la ciencia y en la logística desarrollada por las entidades de salud dominicanas con la intención de que la vacuna llegue a la población según el esquema planeado.

¿Qué podemos hacer? Por el momento esperar con paciencia que nos llegue el turno, no difundir mensajes de dudas y estar pendientes a las informaciones oficiales. Vamos a unirnos en una voz para decir ¡Yo si me quiero vacunar! La energía positiva también ayuda.