Un nuevo prototipo laboral
Cuando la pandemia del coronavirus se agudizó, empresas que no estaban adaptadas al teletrabajo tuvieron que improvisar para que sus colaboradores continuaran siendo productivos. Automattic no tuvo este problema. La compañía que dirige Matt Mullenweg, creador del gestor de contenido WordPress, tiene más de 1,200 empleados dispersos por 77 países y pueden trabajar desde cualquier lugar con conexión a Internet. Recientemente, el empresario escribió en su blog un artículo explicando cinco sencillos niveles que identifican el éxito en el trabajo a distancia. Me pareció interesante y me animo a compartirlo.
La teoría
Según Mullenweg los niveles se distribuyen en una estructura de pirámide en función de la autonomía que cada empresa otorga a sus empleados. El nivel cero corresponde a trabajos que no pueden realizarse a menos que el trabajador se encuentre físicamente allí, por ejemplo camareros, masajistas, bomberos. Sin embargo, muchas compañías asumen que cuentan con más trabajadores en este nivel que los que realmente tienen.
Al nivel uno pertenecen la mayoría de las empresas del mundo. Entidades donde no existe un esfuerzo voluntario para hacer que el trabajo se realice de forma remota y únicamente se utiliza este modelo durante una emergencia. En este esquema solo se necesita acceder a recursos básicos como el email. Por supuesto que estas organizaciones no estaban preparadas para enfrentar la crisis actual.
Dos, tres y cuatro
Las empresas del nivel dos aceptan que el trabajo se realice en casa por un tiempo, pero la estructura es recrear lo que hacían en la oficina. Según Mullenweg, en el tercero es donde se comienza a ver el beneficio porque se invierte en mejores equipos, desde lámparas de escritorio hasta dispositivos de audio, y se empiezan a aceptar procesos asincrónicos más robustos que reemplazan las reuniones.
En el cuarto nivel se evalúa el trabajo de las personas sobre su producción, no sobre cómo o cuándo producen. Se toman mejores decisiones, de forma más lenta pero intencional, y se les da poder a todos los empleados con el fin de que intervengan en las conversaciones relevantes y expresen sus opiniones.
La cúspide
El último nivel de la pirámide podría compararse con el paraíso. Es cuando el desempeño es mucho mejor a distancia, los empleados son más efectivos y tienen tiempo para su bienestar. Ahora que en el país hemos apresurado la asignatura pendiente del teletrabajo, pero ya vamos de vuelta a la oficina, quizá sea momento de evaluar con cuál modelo quedarse, tanto los empleadores como los empleados. Ya muchos profesionales han comentado su interés de quedarse en casa y esto podría ser el nacimiento de un nuevo prototipo laboral.