Una mujer que brilla…
Una vez leí una entrevista a la desaparecida escritora británica, P.D. James, en la que expresaba que “hay personas con un encanto genuino. Y ese matiz, que tanto llama la atención, tiene un secreto: la autenticidad”. ¡Y es cierto!, existen quienes poseen una chispa especial capaz de atraer miradas e inspirar sin hacer el más mínimo esfuerzo. Esa cualidad es a lo que muchos llaman personalidad atractiva, y poco tiene que ver con el aspecto externo, se trata de la actitud que transmiten.
Única
En una cultura que exige a la mujer un patrón, un sistema social que dicta que para ser bella se necesita poseer determinadas características, y donde se supone que hay una lista de ‘cosas’ para lograr en un tiempo determinado, cuando conoces a una mujer que brilla estando lejos de estos requerimientos, compruebas que lo único que debemos hacer es dejar salir el potencial que llevamos dentro.
Así es Dominga. Trabaja como supervisora en una farmacia, y, además, curiosamente es vendedora de cosméticos de belleza a través de visitas personalizadas, pero lo que la hace única, es que puede estar a tu lado largas horas y no ofrecer nada de su maletín. Ella conversa animadamente y deja de lado su oficio para concentrase en explicar a sus posibles clientes que no necesitan comprar nada para sentirse bellas, que solo deben convencerse de que lo son.
La estrategia
La escuché y me pareció interesante su estrategia, aunque un poco antagónica a la actividad a la que se dedica, y de la que suponemos espera una remuneración económica. Me explicó que, su objetivo no era beneficiarse a costa de una falsa esperanza de que un producto soluciona una situación emocional difícil. “Estoy aquí convencida de que la marca que represento puede ayudar a la mujer a resaltar los atributos naturales que la hacen especial, no vendo disfraces para ocultar carencias, duelos, egoísmo o temas de familia y pareja que deben enfrentarse”.
Siempre adelante
Dominga basa sus palabras en el conocimiento. Estudió psicología. No hay duda, tiene una personalidad atractiva. No tiene miedo a lo que otros piensen porque ha desarrollado una confianza inquebrantable. Ella no se enfoca en los obstáculos, y confesó algunas de las batallas que ha tenido que librar para seguir firme en la vida.
Me dijo que con los años ha desarrollado un don que le envía una señal casi instantánea ante la falsedad. “Tengo un detector para identificar la sonrisa fingida, el abrazo hipócrita, la actitud ensayada”, dijo a tono de broma, pero con una profunda dosis de realidad. Yo también, Dominga, he aprendido, después de muchas decepciones, a descifrar de lejos la falsedad de la gente…