¿Qué había detrás del vestuario de Michael Jackson?
Michael Jackson, el rey del Pop, nació un 29 de agosto de 1958. Este jueves cumpliría 61 años, pero un paro cardíaco terminó con su vida. Cientos de leyendas se tejieron a su alrededor, pero ninguna derribó la calidad de su música y la espectacularidad de sus presentaciones.
Sin duda Jackson no solo marcó una huella en la historia de la música con su inigualable talento, también con su vestuario.
Aquí algunas curiosidades sobre la vestimenta del ídolo de multitudes:
Michael Bush, fue su diseñador y encargado de vestuario por más de tres décadas. Conoció a Michael Jackson por intermedio de Dennis Tompkins (otro modisto y pareja) en la época en que se filmaba «Captain Eo», un proyecto de Disney. A partir de ese momento fue el encargado de crear la mayoría de las vestimentas que utilizaba Michael tanto para su vida privada como para el escenario y los videoclips.
Previamente a la confección del vestuario Michael Bush realizaba algunos bocetos en lápiz de la prenda para ser presentados a Michael Jackson para su aprobación.
Adoraba los detalles militares, dice Bush. «Los uniformes llaman su atención. Tienen líneas bien definidas, y elementos en común con la vestimenta de baile, eran para Jackson como una segunda piel».
Era un cliente asiduo de British Collectibles LTD, una tienda de Santa Mónica con complementos militares y una larga colección de uniformes, y libros militares.
Tenía una sola exigencia con el diseño: Básicamente que los trajes le restaran rigidez al cuerpo y permitieran demostrar las excelentes habilidades de bailarín que poseía.
Era un gran admirador de Napoleón Bonaparte, su cita favorita pertenecía a él, de hecho. La estética militar de Michael se debe en gran medida a su favoritismo por Bonaparte.
Su ropa de uso diario tenía que ser cómoda, suelta, oversized y no tenía nada que ver con lo que usaba sobre el escenario o en apariciones públicas.
A propósito, siempre me pregunté cómo Michael Jackson y sus bailarines lograban inclinarse 45 grados sin despeinarse. Hace solo un par de años, me enteré de que ‘el truco’ no existía, se trata de unos zapatos que no solo sostienen parte de la pierna de quien los lleva para poder inclinarse con más comodidad, sino que tienen un enganche en el talón que se sujeta a la otra parte de la fijación, situada en el suelo del escenario, con solo deslizar el zapato. Ahí comprendí por qué en sus shows había tanto deslizar de pies. El resultado, el asombro de todos – bueno de los que no lo sabíamos – al verlo inclinarse con tanta seguridad hacia delante más allá de su punto de gravedad.