La mascarilla, un elemento que se integra a la imagen corporativa
Quién hubiese pensado que en verano del 2020 íbamos a estar buscando la manera de integrar una mascarilla al vestuario, independientemente del lugar en el que estemos. El accesorio es extraño pero la situación de alarma sanitaria lo requiere para evitar la propagación del Covid-19 y es una responsabilidad personal que debemos asumir.
En el ambiente corporativo es prudente tener en cuenta algunos puntos porque las miradas se enfocarán en el rostro:
*Lo primero es lavarse las manos antes y después de colocar la mascarilla. Debes tomarla por los extremos, nunca por la parte central y tratar de no usarla más de cuatro horas seguidas.
*El cabello debe lucir limpio y preferiblemente recogido. Las manos también juegan un rol importante, así como los ojos, mantén las uñas arregladas y las manos hidratadas. Es bueno recordar que en el contexto corporativo lo recomendable es usar esmalte colores pasteles.
*La tendencia de maquillaje es natural. No uses base para evitar que se manche la mascarilla, además la piel ya está expuesta a más sudoración y humedad. Resalta la mirada acentuando los ojos y mantén las cejas perfiladas y pintadas.
*La mascarilla debe estar completamente impecable. Además de cumplir con los requisitos de seguridad elige una desechable o de tela confeccionada en colores neutros y textura lisa. Si prefieres usar un detalle que sea simple. Los accesorios decorativos (como piercings) pueden impedir estabilidad entre la cara y el sello facial de la mascarilla. *Puedes combinar la mascarilla con la vestimenta, pero cuidado con los accesorios, volvemos a lo básico y menos es más, ya es demasiado tener medio rostro cubierto.